Los Asesinos. Juan Maíllo. Crímenes de la palabra

lunes, 2 de junio de 2014

Día de la presentación en Sevilla


Publicado por Juan Maillo en 12:15 No hay comentarios:
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Los dos primeros capítulos

1

¿Pueden sólo unas frases, oídas o no, ser las causantes de una historia? La que viene a continuación no existiría si no hubiera sido por ellas. Sin duda que tú tienes mucho que ver en todo esto, don F. Se me quedaron grabadas en lo más profundo de mi memoria. Al escucharlas por primera vez, aniquilaron el sueño y el hastío. Le di varias veces hacia atrás a la grabación. Ese tono de voz entre el murmullo y el ruido del aparato, se hacía cada vez más enigmático según lo escuchaba y apreciaba mejor. Luego se corta de pronto la grabación, justo al terminar de pronunciarlas. Es raro oír ese tipo de cosas pero aquella mañana yo fui testigo. Sí, allí sentado en el despacho, con mi café malo de máquina y la barbilla apoyada en mi mano derecha. Sólo esas palabras. Esas frases fueron las causantes de que yo sintiera una enorme curiosidad de conocer más y más y decidirme a indagar. De que no pudiera dormir bien y de volver a fumar sin medida. De que no recobrara la paz que me había costado tanto trabajo ganar hasta pasado mucho tiempo. Mi trabajo no es el de contar historias pero lo que sucedió me atrapó desde el primer momento. Esa noche me tocó guardia y en un momento dado me quedé dormido, luego el teléfono me sobresaltó. Mi superior. Lo peor. Un desastre aéreo. Esta vez en la pista al aterrizar. Miré el reloj. Las cinco todavía. Uf! De madrugada no. Imposible. No íbamos a ver nada. Además aún debía haber mucho material ardiendo o extinguiéndose cuando me llamó éste. Aquel día había sido tranquilo. Como tantos otros. Una jornada corriente. Cuando llegan las once de la noche y a pesar de la aparente normalidad, y estoy cansado y lo que me apetece es dormir. Si uno vive solo y llegadas esas horas, al menos yo, me aburro bastante. Prefiero irme a la cama. Sonó pues el teléfono. No se repite habitualmente pero llegado el caso me imagino perfectamente qué puede ser. De modo que no me sorprendí mucho que digamos. Era el teniente, como no y con aquella

voz a esas horas intempestivas me contó lo sucedido. Me dio permiso un par de horas más para que me fuera despertando y se aclarara algo la pista, pero a las siete o como mucho a y media debía de estar ya allí. Al darme la noticia y contarme algunos detalles pude hacerme una idea de la magnitud de lo que había pasado. No sé para qué lo hizo sabiendo que al rato tenía que estar allí. Parecía que le gustaba. Ya no podía dormir. Me eché de nuevo otra vez pero nada; el sueño se había desvanecido rápidamente. Estaba más espabilado que la mar. Por eso me levanté y me hice a la idea de llegar antes por si se podía adelantar trabajo. Tomé algo, me duché y me fumé dos, tres o cuatro o cinco cigarros, ya no me acuerdo, antes de salir de casa. Tengo que fumar menos pero no puedo dejarlo. La noche estaba muy fresca. Las calles y avenidas aún vacías y mi corazón alterado y casi arrítmico mientras conducía yo solo por todo el café, el tabaco y la preocupación que tenía ya en mi sangre tan temprano. Había ocurrido al entrar en la pista, en el vuelo MAD 5698, según me dice el jefe de la torre de control al llegar, no se sabe aún seguro qué podía haber pasado: un despiste en la cabina, un fallo mecánico en el tren de aterrizaje o un motor. Cualquier cosa. Había que averiguarlo y cuanto antes. En estos dramáticos casos hay que seguir el protocolo. Lo primero, atender las víctimas y apagar el incendio. Luego o a la vez, buscar la mal llamada caja negra. Cuanto antes se actúe mejor. Ahí está la clave y a eso voy: a por la famosa caja negra. Cuando llegué al sitio, los daños de todo tipo eran muy considerables. La imagen asoladora. No voy a dar detalles para no alargarme. El avión, al aterrizar, se le rompió una rueda y dio un golpe tremendo desviándose de la pista y su ala derecha, pedazos. Había algunas víctimas mortales y bastantes heridos, unos leves y otros menos leves. Un desastre, vamos. Enseguida me puse a buscar la dichosa caja junto con dos compañeros más. Con un relente de consideración y las orejas bastante frías así que había que currar rápido.

Primero, medir el radio de impacto y calcular a dónde ha ido a parar. No tardamos mucho en encontrarla, afortunadamente. No había salido disparada sino que aún estaba en el avión. La cogimos y nos la llevamos al aeropuerto. Llevo tiempo sin fumar pero no aguanto más. Nos pusimos a trabajar y recopilar datos. Esto es un proceso lento y hay que asegurarse de todo lo que se vea y oiga porque luego hay que emitir un informe especificando las causas del desastre. Mi teniente me dijo delante de todos: Maíllo, tú, los audios. Yo creo que en ese momento puse cara de gilipollas y agaché la cabeza como el que va al matadero. Suficiente gesto para que al cuarto de hora estuviera con los cascos puestos y pegado a la pantalla del ordenador intentando aclarar algo más de la tragedia. Existen micrófonos no sólo en la cabina sino también en los asientos así que fui discriminando sonidos por doquier. Me saqué un café de la máquina. Y entonces ahí estaban. Mis frases. Con el paso del tiempo recopilé mucha información y ahora me atrevo a contar la historia. Es la primera vez que me dirijo a ti y te la cuento y lo voy a hacer tal y como la he oído. Esta es la historia de las frases de la caja del vuelo MAD 5698.

2

Antes de que llegara a su casa, llevaba cuando menos una hora en vestirse y pintarse. Se plantaba delante del armario y se quedaba pensativa eligiendo el conjunto más apropiado. Luego se iba al baño y se ponía delante del espejo a depilarse y maquillarse cuidadosamente. Muchas veces hablaba sola mientras se miraba e imaginaba que había allí alguna amiga a su lado. Quería no parecer tan vieja delante de él e incluso se iba a tiendas de ropa de estilo más juvenil. Al principio él iba a visitarla dos o tres veces en la semana pero después llegó a ir hasta cuatro. Todo dependía de la disponibilidad de él y por supuesto de la cartera de ella. Con el tiempo las salidas empezaron a hacerlas también de noche. En homenaje a su difunto esposo, Carmen Sastre le pidió un día quedar los domingos por la tarde. Mucho antes de que muriera el marido, ya solían hacerlo los dos. Cada día que venía a visitarla, ella tenía una ilusión especial. Aquel ligero nerviosismo que sintió la primera mañana que empezó a pintarle la casa, no se había extinguido. Ni mucho menos. Iba cada vez a más. Cuando estaba sola sentada en el sofá de la salita y se acordaba de que al día siguiente ya estaría allí, a su lado, intentando velar por ella y sacándola a pasear, empezaba en su estómago un ligero hormigueo que aumen-taba según el momento se iba acercando. Echaba de menos de hacía ya mucho tiempo, años, un hombre a su lado. Aunque fuera sólo para charlar o simplemente poder mirarlo. Ya no pedía mucho más. Tan solo la compañía. Alguien que la sacara de la monotonía que tanto le pesaba a veces, especialmente en invierno ¡Y aquél se parecía a Paul Newman pero con rasgos latinos, nada más y nada menos! ¡Y encima con voz de locutor! Lo mejor de todo es que él ni se había dado cuenta de lo guapo que era a pesar de que estaba a punto de cumplir los cincuenta. Eso era lo mejor que tenía: que nunca se había percatado. Hacía más de diez años que su marido murió y desde entonces había vivido sola. Estaba ya acostumbrada a ello, así, sin más compañía

que sus libros. Muchas veces se planteó lo de conocer a alguien pero luego recapacitaba y se daba cuenta que aun-que muchas veces le apeteciera esa compañía, ¿ya a su edad a quién iba a encontrar? ¿A un vejestorio como ella y que además le tocara luego cuidarlo? Pues iba a ser que no. Para eso se quedaba como estaba porque ya mismo tendrían que cuidarla a ella. A veces la idea de acostarse con alguien que no fuera su esposo le producía hasta repulsión pero tampoco buscaba eso a su edad. Se conformaba con la compañía y ¿nada más, Carmen? Se preguntaba ella misma a veces. Entonces Ángel C. era su hombre ideal. El que nunca tuvo.

A la amistad

Si. Cuando Carmen Sastre y Ángel C. se conocen, en principio no ocurre mucho, pero con el paso del tiempo se harán buenos amigos preocupándose el uno del otro.
Mi novela es un homenaje a la amistad.

Término "politémico": Asesinato

¿Qué es una palabra "politémica"? Esta pregunta tiene una respuesta muy simple: aquella que ofrece mutliples temas en su definición como la que da título al libro. Polisemía expresa múltiples significados y politemia, múltiples temas. Los asesinos cambian de rostro, de apariencia y son capaces de matar muchas cosas, personas o incluso sólo trozos de ellas.

Un asesinato a la mala crítica literaria

Cuando D. H.Lawrence, autor de Sons and Lovers o The Lady Chatterley´s lover murió en 1930, lo hizo siendo considerado aun un "pornógrafo" en lugar de ocupar un merecidídmo puesto en la historia de la literatura por su prosa de temática arriesgada en cuanto a la libertad sexual femenina o su crítica feroz a la hipocresía social, que viene a ser igual. Tuvo que ser E.M Foster el que dijera que era " el novelista imaginativo más grande de nuestra generación", para que a partir de ahí se considerara como un grande más de las letras universales. Toda su vida literaria fue un contínuo exilio por la censura a la que se vio sometido por el mundo de la crítica. De hecho en El amante de Lady Chatterley se hace una valoración objetiva y por tanto muy ajustada a la realidad de ¿entonces solo? de la tremenda frialdad del mundo intelectual que tanto odió toda su vida. Bueno. Mi novela pretende ser un asesinato a esos críticos de tres al cuarto que abundan tanto por ahí porque esa novela cambia en cierto sentido aspectos de la vida de la hija de Carmen Sastre. Si María Paredes antes pensaba que la libertad sexual femenina era solo una pantomima, al leer la novela se da cuenta que ella también puede disfrutarla. ¿Por qué no? Por lo tanto un hurra por D. H. Lawrence porque cambió los hábitos sexuales de mi personaje y un fuera rotundo a la crítica literaria en muchas ocasiones atrevida por ignorante en profundidad del valor de ¡cuantos autores!
Por tanto y por mis partes fuera la mala (¿es toda?) crítica literaria y que se dediquen a otra cosa si es que sirven para algo más.

Los asesinos: Un mundo de homenajes

Tras ir Lorca a Nueva York en 1929, una de las cosas que más le impresionaron fue que dentro de la ciudad había infinidad de pequeños mundos. En mi novela ocurre algo parecido porque el libro es un mundo habitado por, si no una infinidad de homenajes, sí por un buen número de ellos: Es un homenaje a la vejez y a su independecia. A la mujer y a su falta de libertad, incluyendo la sexual. A los clásicos de la literatura: La Regenta de Clarín, Fortunata y Jacinta de Galdós, El amante de lady Chatterley de D.H. Lawrence y por supuestísimo Poeta en Nueva York del genial Lorca. Si. Señoras y señores amantes de la buena literatura. No me pude reprimir y esos libros, junto a otros más que aparecen también en las conversaciones de sus personajes constitutyen un humildísimo homenaje a esos grandes libros. Pero también es un homenaje a la tolerancia, a la cultura y quizás me equivoqué al principio al decir que no había infinidad, porque puesto a enumerar me salen algunos más: al sexo, a leer en voz alta...

Los personajes

La novela empezó a fraguarse en mi cabecita en agosto de 2012 solo como unas pocas de notas en mis libretitas en miniatura y que suelen acompañarme. Los personales principales: primero Carmen Sastre, luego Ángel C. y por último la hija de la enfermera, María Paredes fueron saliendo lentamente de "mi vientre" y viendo la luz torpemente. Así poco a poco fueron caminando y respirando. Mes a mes llegaron al otoño y luego atravesaron el invierno. Tuvieron momentos de incertidumbre y hasta silencio. A veces me desanimaba y pensaba que la iba a dejar aparcada hasta que me viera con más ganas. Sin embargo en algunos momentos de soledad escuchaba sus voces y empecé a quererlos cada vez más. Me daba pena de ellos porque pensaba que si no la acababa sus vidas serían completamente desconocidas y nunca verían la luz. Eso me entristecía mucho. El peor enemigo de quien escribe no es la hoja en blanco es el anonimato. Tenía la opción de llamar a las editoriales a ver si alguna se atrevía a publicármela pero sabiendo la dificultad que muchas estan atravesando ahora, desistí. No tengo mucha pacienca para eso. Esperemos que la próxima vea la luz de esa manera. Por cierto la segunda parte ya la tengo escrita de hace un par de meses y corregida una primera vez. Pues fueron esos personajes y esas voces las que salvaron la novela de ese anonimato. En el silencio me parecía que me pidieran a gritos salir a la calle y poder respirar el aire puro. Lo necesitaban como cualquier ser vivo. Por eso me lancé. Ahora en enero de 2014 haré la presentación en la Biblioteca Provincial de Huelva y luego haré más por los pueblos deseando que lleguen más lejos estos personajes y conozcan esta maravillosa provincia marinera.

El cartel

El cartel

Las más coquetas

  • Disponible ya en la Casa del Libro
    http://www.casadellibro.com/ebook-los-asesinos-ebook/9788461662210/2482796
  • Muestran la patita y se insinuan en Revistas Literarias
    Me entrevistaron, junto a un cariñoso número de escritor@s y conté pormenores de ella así como sobre mi  opinión de la escritura. Para más i...
  • Colaborador en Emblogrium, revista sobre libros y cine on-line
    Sección "Clasiqueando" (Una vuelta a los libros esenciales) http://issuu.com/rbcnew/docs/emblogrium_junio_2014/1?e=9481079/8520102
  • El Misterio del Vaho a concurso
    Si. La segunda parte de Los asesinos está terminada pero no publicada. Por eso se encuentra a concurso en el taller de escritura Fuentetaja...
  • Arrancan las presentaciones "Los asesinos 2014" por diferentes localidades: la primera: Huelva
    Ser escritor es como ser torero: uno puede convertirse en figura mundial o seguir toreando de pueblo en pueblo, pero de todas maneras...
  • Participación en la feria del libro de Sevilla 2014
    El martes 27 de Mayo a las 18.00 en la sala apeadero del ayuntamiento de Sevilla. Firmas de libros en la caseta 35 de la Librería Anabel de ...
  • En la XL Feria del Libro de Huelva
  • Día de la presentación en Sevilla
  • Entrevista en el programa Al día en CNH Huelva
    http://www.cnh.tv/index.php/cnh-a-la-carta/videos-a-la-carta-huelva/huelva-al-dia/item/4979-08-05-14-huelva-al-dia#
  • Al descubierto
    Ya se puede comprar en algunas librerías de mi ciudad natal, Lucena. ¿Qué mejor sitio para que salgan a la calle y den la cara? ¿Eh?

¿Por qué "Los asesinos"?

Esta es una breve historia del por qué de la novela y cómo surgió. Antes de empezar tengo que decir que poco a poco está ya en las librerías. El trabajo de ponerla en ellas es exclusivamente de mi menda. Nadie me ayuda en esa labor. Recientemente escuché al escritor John Irving darle consejos a los autores noveles, como es mi caso, y decía que ahora es muchísimo más difícil abrirse camino en éste de siempre complicado mundo y repetía la frase de "No te pegues un tiro". Yo creo que lleva razón, pero solo en parte. Es difícil pero ¿acaso no ha sido siempre así, o incluso peor? Yo creo que antes era mucho más. Pensemos en los tiempos,¿ qué os digo yo? , de Austen, Dickens o Clarín y Galdós. Sociedades con muchos menos recursos que las de ahora donde la educación estaba limitada solo a unos pocos y donde con diez, ¿con 10? a lo mejor, o más bien, peor, con ocho años los niños ya estaban trabajando. ¿No era más complicado entonces abrirse camino en la escritura que ahora? Sin duda que sí.
Hay muchos mitos en cuanto al sufrimiento de lo escritores ante la hoja en blanco y luego todo el proceso también. Yo creo, por lo menos en mi caso, que no es así. Lo más apasionante de ello es escribir. Desde que surge la primera idea hasta que lentamente va tomando forma y luego a desarrollarse. eso es lo más interesante de todo. hasta que al fina la ves terminada y la corriges. La primera idea de esta novela surgió como muchas veces aparecen las cosas en la vida: sin esperarlo. era un mediodía caluroso en el sur de España. Todo o casi todo el mundo estaba en la playa y yo estaba en el supermercado. Salía de él con una tostanera del sol impresionante y justo al salir por la puerta, había -bueno sigue habiendo-una farola en la que suelen poner anuncios de esos que le quitas el numerito y lo guardas. Pues había uno puesto que parecía reciente que ponía más o menos esto: Hombre, serio, educado y formal se ofrece para todo tipo de arreglos. Especialmente a personas mayores y/o solas. Bueno luego el teléfono y no sé si la dirección también. Seguí caminando cargado de bolsa con la calor del mediodía y pensando en lo que acababa de leer. Lo que más me dejó impresionado fue lo de especialmente a personas mayores y/o solas, tengo que reconocer y quizás y si me apuro, lo de y/o. Eso decía algo de la persona que lo escribió. No debía ser muy inculto del todo. A partir de ahí mi cabeza, la pobre, no dejó de pensar: creando la historia pero no entera. Sabía el punto de partida que iba a ser parecido a lo que me ocurrió a mí al salir de la tienda pero le sucedió a mi querida protagonista enfermera jubilada Carmen Sastre y el final también y como telón de fondo Poeta en Nueva York de Federico García Lorca. Eso lo tenía muy claro. Iba a ser un libro fundamental en la novela porque provocaría reacciones. Bien. Ya tenía principio y final. Pues se trataba de ir conformando los personajes y cuando ellos tuvieran la suficiente autonomía me dirían:" !Para! deja que te guiemos". Y así fue. Ellos me guiaron y muchas veces yo escribía al dictado sin parar a pensar qué vendría a continuación. El personaje de Ángel C. "el chico para todo" tenía otro nombre al principio pero yo no estaba muy contento con él así que lo cambié prácticamente al final.
Creo que le pega mucho más que el que tenía en principio. ¿Acaso no hay gente que va al juzgado y se cambia de nombre? Pues a Ángel C. no le hizo falta ir allí -que siempre hay muchas colas en esos sitios. En cuanto al título pasó algo parecido. Normalmente y en las demás novelas que he escrito el título lo tengo muy claro desde el principio y a partir de ahí la construyo, sin embargo en ésta no. Tenía varios títulos en un primer momento pero no estaba muy convencido de ellos. El título surgió porque hay un pasaje de la historia que Carmen y Ángel C. van a la biblioteca y entonces hablan de los libros. Ahí se me ocurrió el título, inspirado igualmente en una conversación que hace muchísimos años tuve con un amigo pero ligeramente cambiada. Ese es el por qué de los asesinos y ahora creo que como el título no surgió a la primera sino que se fue mostrando poco a poco eso ha tenido en el libro un cierto efecto de misterio de igual manera que lo tuvo para mí que no lo ví claro desde el primer momento. En la caratula del libro hay una breve sinopsis y al final se dice: Aquí los asesinos están como tienen que estar: ocultos y son como tienen que ser: Imprevisibles. Pues eso.

Los asesinos. Juan Maíllo. Novela

Blog literario en torno a mi primera novela

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